Rusia comenzó el repliegue del grueso del grupo aéreo que desplegó en septiembre pasado en la base siria de Jmeimim para combatir el terrorismo yihadista y apuntalar al entonces maltrecho régimen del líder sirio, Bachar al Asad.

Tal y como ordenó este lunes el presidente ruso, Vladímir Putin, el primer grupo de aviones -un aparato de transporte Tu-154 y varios bombarderos Su-34- regresó a Rusia.

"Gracias a vuestro trabajo en Siria el terrorismo internacional ha sufrido grandes pérdidas", dijo el comandante en jefe de las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia, Víktor Bóndarev, en la ceremonia de bienvenida de personal militar en una base aérea de la región de Vóronezh (centro de Rusia), según imágenes de la televisión local.

Putin explicó su decisión de reducir considerablemente la presencia militar en Siria con el argumento de que las fuerzas armadas rusas han cumplido, en términos generales, la misión que se les encomendó en el país árabe.

"La eficaz labor de nuestros militares ha creado las condiciones para el inicio de un proceso de paz", dijo el presidente ruso al anunciar la medida.

Según el Kremlin, Putin consensuó su decisión con el presidente sirio, a quien aseguró que Rusia mantendrá en el país árabe suficientes fuerzas para controlar el cumplimiento del alto el fuego en vigor desde hace tres semanas.

"El contingente que permanecerá en Siria quedará protegido por aire, mar y tierra", afirmó hoy el jefe del Gabinete de la presidencia rusa, Serguéi Ivanov, al señalar para ello dispondrá del armamento más avanzado.

En cualquier caso, subrayó que el repliegue no significa que Rusia vaya a disminuir a intensidad de su lucha contra el terrorismo, sino al contrario.

"Pero para ello no necesitamos un contingente como el que ahora está presente allí (en Siria)", explicó Ivanov en declaraciones a la prensa.

Fuentes del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Rusia citadas por el periódico "Kommersant" indicaron que en la base de Jmeimim permanecerán al menos cuatro cazabombarderos SU-35, una decena de helicópteros, carros de combate T-90S, transportes blindados y sistemas de defensa antiaérea.

"Aún es pronto para hablar de victoria sobre el terrorismo. El grupo aéreo ruso tiene la misión de continuar los ataques contra las instalaciones de los terroristas", dijo el viceministro de Defensa ruso Nikolái Pankov en la ceremonia de despedida del personal militar ruso en la base siria de Jmeimim.

Según Pankov, la labor del grupo aéreo ruso permitió a las fuerzas gubernamentales sirias desarrollar su ofensiva contra los terroristas y liberar extensos territorios.

"La decisión de retirar las tropas, que a primera vista parece muy sorpresiva, no pudo haber sido adoptada por Moscú sin un acuerdo con Estados Unidos, producto de un complejo compromiso", opinó Alexéi Maláshenko, experto del Centro Carnegie de Moscú.

Agregó que en caso que se rompa ese eventual acuerdo nada le impide al Kremlin volver a desplegar fuerzas militares en Siria.

"Kommersant" recalca que Rusia nunca se planteó como tarea restablecer en Siria la situación que había antes de que, hace hoy cinco años, estallara el conflicto, ya que la liberación de todo el territorio del país podría llevar años.

Además, añade, la postura maximalista en ese sentido de parte del entorno del presidente sirio entrañaba el riesgo de que Rusia se viera empantanada en una guerra en un teatro de operaciones distante.

"Al anunciar su salida de la guerra ahora, Moscú con mucho fundamento puede presentar la campaña siria como una victoria", concluye el rotativo.

Según el politólogo ruso Fiódor Lukiánov, el comienzo de la retirada del contingente ruso de Siria debe interpretarse como un claro aviso de que Rusia no piensa hacer el trabajo del Gobierno de Damasco.

EFE